ESPÍRITU SACRIFICADO EN LA CANDELARIA

Por Adriana Juan

Usa pantalón de mezclilla holgado, playera blanca y un chaleco de color azul, que delata su gusto por el básquetbol, su aspecto atlético y jovial nada tiene que ver con la solemnidad de Jesucristo. Pablo Espíritu es quien interpretó el papel de Jesús en la tradicional Pasión de Cristo que se realiza desde hace 54 años en el pueblo de La Candelaria.

Con el cabello rapado a coco y con poca barba sería muy difícil imaginar que este joven interpretó a uno de los personajes más importantes de la historia. Sus cejas decoloradas apenas podrían ser un indicio de los cambios que hizo a su aspecto para caracterizar al personaje.

Aunque Pablo Espíritu Álvarez siempre ha vivido en La Candelaria, sus amistades no son de ahí, incluso nunca había tenido una novia de la colonia ni mucho menos se había involucrado lo suficiente en las tradiciones del pueblo, hasta ahora que le permitieron participar en el Via Crucis.

Un día le preguntaron si quería interpretar un personaje destacado en esa representación, y fue cuando llegó a la prueba, que se enteró de la posibilidad de ser él protagonista. Debido a que Pablo mide un metro ochenta y es delgado, fe seleccionado para el personaje, así, que interpretar a Jesús, lo tomó por sorpresa, por más que en alguna ocasión soñó que a él le quedaría ese papel.

Rollo Velado

Pablo, de veintidós años, cree en Jesús pero no en la iglesia católica por que considera que ésta utiliza la fe para controlar a las personas: “la fe es una cosa, pero el control que ellos tienen de la religión católica es otra”. Tiene fe en que existe un Dios, aunque no se compromete a ponerle un nombre. Sobre el Papa Juan Pablo II, opina que como a cualquier otro ser humano, le tocó vivir su camino, pero no significa que él sea el elegido.

Sentado en una jardinera de la iglesia de La Candelaria, mientras el sol va dejando huella en sus mejillas, Pablo se siente orgulloso de haber roto el estereotipo de Jesús que hasta entonces había, mejoró la interpretación y se expresó de manera mas clara, además, fue el primero en recorrer una ruta diferente a la que se hacía desde hace 54 años.

Rollo Velado

Los ensayos para la representación comenzaron el 6 de enero y eran por las noches, lo que le permitía seguir con sus actividades normales. Todo fue bien, hasta que la carga de trabajo en su empleo aumentó y tuvo que priorizar la representación religiosa por encima de aquel. Con la aprobación de su jefe, Pablo continuó con la responsabilidad que había adquirido.

La preparación fue más que practicar las escenas y memorizar el dialogo, ya que lo encaminaron espiritualmente, “sin entrar en cosas religiosas”. Una espiritualidad que Pablo sentía que le hacía falta desde hacía tiempo.

Durante las pruebas, en escena, uno de los momentos que más lo conmovían era cuando decía el padre nuestro, que había sido modificado para hacerlo más digerible.

La frase “Danos el pan tuyo que nos bastará cada día” quiere decir, para Pablo, que todo lo tenemos al alcance de la mano y muchas veces no abrimos los ojos para verlo. Para cargar la cruz que pesa entre 85 y 90 kilos, Pablo sólo dejó de fumar. La cargó por tres ocasiones en la explanada de la iglesia y una cuarta vez para llevarla hasta Huayamilpas, su calvario.