Una cultura sigue viva si su recuerdo está vigente, si sus formas de expresión filtran el tiempo y se tornan cotidianas, por ello  este número es una apuesta por documentar esas formas de vida que han poblado nuestra pradera mucho antes de que esta manada aulladora existiera.

En este séptimo aullido tuve que hurgar en la memoria colectiva de vecinos y  especialistas para descifrar en Mitos del caos lo ocurrido en  pedregales tras el hallazgo de una gran piedra con un inmenso tallado azteca.

Además conocí a un personaje de la colonia Santa Úrsula que cada mañana encuentra en el paisaje montañoso que mira desde su ventana el estímulo para no tirar al olvido aquellas formas de expresión  prehispánicas que por sus venas corren. Presento en Mi obra Visual su historia.

Aprovechando el soplo temático, el escritor, vecino y amigo, Guillermo Samperio obsequia en La Pluma Invitada , el cuento inédito del Mito de Tlaloc, donde las cosas no siempre son como se muestran.
Brincando a otro tema, yo coyote, como todos los que habitamos o conocemos estas praderas salvajes de Coyoacán, sabemos de la existencia de varios Mariachis que rondan sobre la avenida principal, pero ¿qué sabemos de ellos? ¿De dónde vienen? ¿Cómo surgen? ¿Dónde viven? Ellos, los trabajadores de la música mexicana más folklórica, son una hermosa tribu que se muestran en este número tal y como dios los trajo al pedregal.

Por otro lado, quiero expresar mi agradecimiento más silvestre a los nuevos coyotes que han aceptado la responsabilidad de coordinar desde sus territorios de trabajo cada uno de los seis libro clubes que he abierto,  y a quienes quieran unirse a este esfuerzo por fomentar la lectura en el barrio les pedimos que se contacten conmigo, ya que sin donaciones ni un libro club hubiera visto la luz.

Me despido agradeciéndote, amigo lector, tu compañía en este andar azaroso por los más recónditos territorios de este bello pueblo que es Coyoacán. Por hoy hacemos una pausa después de los siete números para los cuales contábamos con recursos, pero tengo el compromiso de aparecer nuevamente por tus calles, mercados, plazas y lugares públicos, ya que faltan muchas historias que plasmar en este aullido de papel.